Un museo para William Case Morris

Sugerencias, proyecto

Hay poca gente hoy que ha oído hablar de William Case Morris, cuya obra es una de las joyas más preciosas de la herencia cultural argentina. Era el fundador de las famosas Escuelas laicas evangélicas argentinas que después de 1910 comenzaron a llamarse Escuelas e institutos filantrópicos argentinos. Fue un verdadero padre para los 200.000 niños pobres, desamparados y huérfanos, que los transformaba en hombres y mujeres dotados con los más altos valores humanos. La Obra cristiana y ecuménica de William Case Morris incluía más que 20 instituciones educativas. Lamentablemente, la misma (que resultó tan exitosa y que fue pensada como una forma de educación laica permanente) después de su muerte paulatinamente fue destruida. Y así se pierde para siempre su valiosa experiencia de educador. Casi no han quedado huellas materiales de su Obra. La gran parte de los edificios educativos construidos por él, fue tirada abajo, mientras que los que se conservan hasta hoy (el ex–hogar “El Alba” en la calle Charcas 4602; la ex–dirección general de su Obra en la calle Güémes 4601; el ex–museo de etnografía y la ex–biblioteca de maestros en la calle Güémes 4615) ya pertenecen a otras instituciones.

El único lugar que ha conservado su nombre (con placas conmemorativas sobre la fachada) junto con algo de su herencia es la sede de la Asociación nacional de ex–alumnos de W.C.Morris, inaugurada en el año 1925 con su Biblioteca popular. Se encuentra en la calle Güémes 4621 (Palermo). En los últimos años la solución de distintos problemas edilicios obligó a cerrar sus puertas para el público. Hace un año se eligió una nueva Comisión Directiva de esta Asociación Nacional con la nueva Presidente - la hermana María Rosa Reynoso, la Superiora General de las Hermanas Misioneras de la Virgen Milagrosa y la biblioteca nuevamente abrió sus puertas, pero más como un espacio para distintos talleres, porque no cuenta como otras bibliotecas con un subsidio suficiente para su funcionamiento como tal. A pesar de pertenecer a una asociación nacional, la biblioteca, parece, nunca tuvo un apoyo material suficiente de parte del estado, ya que la bibliotecaria que trabajó aquí durante muchos años después de la muerte de W.C.Morris, como me comunicaron, lo hacía ad honorem.

Mientras tanto la biblioteca, además de muy valiosos libros, contiene un no menos valioso y gran archivo de William Morris y de sus instituciones desde el año 1885 hasta 1995.

Hace un año trabajo ad honorem con este archivo y he descubierto, asombrada, que William Morris merece mucho mayor reconocimiento que tiene, y que la biblioteca abre ante el pueblo argentino una oportunidad de demostrar su gratitud hacia la memoria de ese gran hombre, instituyendo por lo menos en dicha biblioteca un museo memorial de W.Morris con el centro en la investigación de su labor educacional.

La biblioteca posee todo material necesario para esto. Además de los elementos personales de W.Morris, tales como su escritorio, su teléfono, su máquina de escribir, su famosa valija, su sombrero, armarios, otros objetos pequeños y grandes que pueden estar en la exposición; una parte muy interesante de la misma puede ser su gran archivo de fotos que, siendo presentado por temas, sería muy informativo, hasta no menos informativo que sus manuscritos y cartas mecanografiadas que junto al otro material se guardan en la biblioteca.

Las fotos nos permiten:

- sentir el ambiente escolar tanto durante las clases de instrucción común, como en las de mecanografía, del Alfabeto Morse, de costura, del bordado, de las clases en el laboratorio químico, etc;

- ilustran el trabajo del taller de carpintería con el mueble hecho por las manos de los alumnos;

- del taller de zapatería;

- los trabajos hechos por las alumnas: los bordados, la costura, etc.;

- nos permiten entrar en el ambiente de las fiestas que todos los años organizaba una de las colaboradoras de W.C.Morris, la Srta. Ana L.Toedter;

- ver el aspecto de su banda escolar;

- nos permiten entrar en el hogar “El Alba” observando todo su interior y revelando el espíritu que reinaba allí;

- nos hacen sentir la atmósfera de las vacaciones escolares y los pic-nics;

- ver las caritas de los alumnos que tuvieron la suerte de estar en sus instituciones;

- conocer a sus colaboradores/as, a los maestros/as y los profesores/as de sus establecimientos; y también ver los retratos del mismo Morris a distintas edades, el retrato de su madre y el de su esposa y colaboradora Cecilia Morris;

- nos permiten también participar en la conmemoración del XXV aniversario de la obra de Morris;

- de las visitas de Su Alteza Real la Princesa Federico de Prusia y del presidente de la Nación M.T. de Alvear a las escuelas de W.Morris;

- recibir junto con sus alumnos al príncipe de Galés Eduardo de Windsor, etc.

Todas esas fotos requieren grandes álbumes, tanto para sacarlas a la luz y poner en la exposición como para guardarlas decentemente para que el tiempo no las destruya definitivamente. He coleccionado las que se refieren a los años de vida de W.Morris, es decir desde 1885 hasta 1932, y las guardé separadamente de las que fueron hechas después de su muerte.

Lo mismo hice con toda la documentación que se refiere a estos años (distintas cartas, actas, certificados, recibos, folletos, etc.) revisándola, leyéndola, ordenándola y colocándola cronológicamente en grandes carpetas con folios transparentes.

El resto del material que se refiere a la historia de las instituciones después de la muerte de W.Morris, es decir, desde 1933 hasta 1995, lo separé por años sin más trabajo y lo puse en sobres anuales para los investigadores futuros.

La mayor parte de todo este material se guarda en un pequeño cuarto interno, junto con el armario y escritorio de W.Morris. Pero el resto del archivo (que se refiere a los años después de la muerte de W.Morris junto con las fotografías adicionales de los años 1885-1932 y todas las de los años posteriores) se encuentra en bastante malas condiciones, cubierto de polvo y olvidado en un rincón del entresuelo, donde se guardan también los registros de inscripción, los registros de grado de algunas escuelas de W.Morris y otro material que se refiere a los años después de su muerte.

Ya la presencia de este gran archivo de la biblioteca la convierte también en un centro de investigación que puede permitir investigar muchos temas. Uno de estos, a saber, los fundamentos ideológicos de la labor educacional de W.Morris, basado en sus obras originales, he publicado recientemente en la editorial Sigma como un fruto de mi trabajo con dicho archivo. Este trabajo me permitió asimismo hacer una descripción del archivo desde 1885 hasta 1932, el año del fallecimiento de W.Morris que estoy preparando para la publicación y que vislumbra muchos otros temas para los investigadores, por ejemplo:

- William Case Morris como gran educador (la instrucción, la educación práctica, la importancia del ambiente, de la ropa, los asuntos de disciplina que no deprime, la gran obra trabajando como un reloj, etc.)

- sobre la experiencia de la enseñanza de las distintas materias en las escuelas de W.Morris (estudio separado de la enseñanza de matemática, de letras, de química, física, zoología, educación musical, etc.) en base a las conferencias dadas por los maestros/as referidas a estas materias, del manual elaborado por ellos, etc.

-  historia de cada una de sus escuelas e instituciones, ilustrada con fotografías propias.

- trabajos dedicados a sus más destacados colaboradores, tales como José María de la Rua , Sta. Anna L. Toedter, Clemente Ricci, etc., etc.

- estudios sobre los benefactores de su obra ya que todos eran hombres de honor, tales como C.A.Tornquist, S.H.Pearson, C.P.Lumb (hijo), F.Pinedo y muchos otros que aquí no es mi objetivo de nombrar.

- estudio acerca de la biblioteca de W.Morris (destacando sus fondos de los años de la vida de Morris, ya que él rigurosamente elegía los libros para sus dos bibliotecas (de los maestros y popular) sin permitir que entrara en ellas un libro cualquier o, como él decía, una literatura inmunda (lo que también forma parte de su exitosa labor educacional).

- el destino de las instituciones de W. Morris (o de cada una de ellas) después de su muerte.

- y muchos otros temas según el interés.

- Se puede también preparar la reedición temática de sus obras escritas, que no son pocas, y de los recuerdos de sus alumnos.

Todo esto requiere una inversión importante, para asegurar el trabajo de los profesionales y el curado de los libros, (particularmente conozco el estado lamentable de los volúmenes grandes de la revista “ La Reforma ” que es una de las fuentes principales de todas las investigaciones acerca de W.Morris; casi todos están afectados por polillas y larvas que los destruyen permanentemente, muchos de estos volúmenes ya tienen la tapa deshecha. Al levantarlos cae como lluvia el papel, convertido en polvo. Algunos ya están en tal estado que ni permiten sacar fotocopias de sus artículos.

Además, como ya fue dicho, aunque abierta, la biblioteca no funciona como tal, porque para eso es menester recatalogarla o por lo menos estudiar los antiguos catálogos que se encuentran en desuso, porque no se conocen sus códigos para encontrar el libro buscado; claro, si éste aún se encuentra en su lugar.

La biblioteca consta de dos ambientes grandes con entrepisos alrededor, y dos pequeños. El más grande de los ambientes podría ser la sala de lectura y el otro servir para el museo. O se podría dedicar al museo todo el entrepiso del ambiente interior. Los dos cuartos pequeños serían oficinas del museo. Con buena voluntad, el espacio es suficiente. Para eso es necesario:

•  revisar todos los libros de la biblioteca,

•  curar a los que pueden ser curados,

•  deshacerse de los que ya están destruidos definitivamente,

•  destacar los ejemplares que se repiten y regalarlos a otras bibliotecas, abriendo así un espacio necesario para el museo,

•  al final destacar los libros de los tiempos de W.Morris y crear el fondo de W.Morris que formará el corazón del museo.

Creo que no es correcto usar este tesoro cultural como un espacio para talleres. En este último lugar inaugurado por W.C. Morris - el último que se quedó de su Obra magnífica que fue destruida por negligencia - hay que conservar no solamente su nombre, sino darle, por fin, a este extraordinario educador todo el homenaje que merece.

Agosto de 2007

Natalia Ter-Grigorian de Demianiuk,

filóloga, licenciada en letras rusas,

autora del libro “Pensamiento de William

Case Morris, el gran educador argentino.

Los fundamentos ideológicos de su labor

educacional

E-mail: vitnatgrid@yahoo.com.ar

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