La triplicidad del hombre. Tríptico
II
Enigma de los hijos de Noe
o quienes son
los semitas, camitas y jafetanos
(Artículo del libro "El misterio de la Santisima Trinidad")
Introducción
Como nos comunica la Biblia, después del diluvio los descendientes de
los tres hijos de Noe, a saber, Sem, Can y Jafet, se dispersaron por la tierra
(Gen 10, 32). Se cree que originaron tres razas de la humanidad y tres familias
lingüísticas, a saber: las de los semitas, camitas y jafetanos.
Sin embargo el texto bíblico no permite definir con seguridad las tierras
de la extensión de cada uno de ellos, ya que sus comunicaciones, a veces
oscuras o contradictorias, además, se relacionan asiduamente con los
nombres geográficos desconocidos. Así, sobre las tierras ocupadas
por los hijos de Jafet ahí se dice: “se poblaron las islas de las
gentes” (Gen 10: 5). Sobre el área de la dispersión de los
hijos de Sem el texto nos informa que “su asiento se extendió desde
Mesa, en dirección a Sefar, al monte del oriente” (Gen 10: 30),
pero los lugares nombrados no están localizados hasta hoy. Se puede decir
que la comunicación bíblica más comprensible para nosotros
es sobre los descendientes de Can, aunque incluso ahí no nos faltan dificultades,
porque se origina una gran confusión respecto a los pueblos que los representan.
Así, a algunos descendientes de Can los encontramos en la genealogía
de Sem. Antes de todo es Asur que está presente tanto en la genealogía
de Can como en la de Sem. Además, llama la atención el parecido
de los nombres Caín, Canaan y Cainán (Quenan) en las genealogías
de Caìn, Set, Sem (en la Septuaguinta y en las versiones orientales de
la Biblia: rusa, armenia) y Can, y el hecho que los descendientes de Set casi
por completo (aunque diseminadamente) parecen repetir la genealogía de
Caín.
Origen de las dificultades y las versiones de las genealogías bíblicas
se encuentra en las distintas fuentes que tenían los compiladores de
la Biblia. La información sobre la existencia de tales fuentes se conservó,
por ejemplo, en la “Historia de Armenia” de Moisés de Joren
(siglo V), donde el autor cita algunos fragmentos de éstas.[1] Particularmente,
cita las genealogías de Can y de Jafet, paralelas a la segunda genealogía
bíblica de Sem (Gen 11:10-20) y ausentes en el texto bíblico,
que, según el autor, fueron presentadas por un tal Abidén que
confirmaba que estas fueron “después substraídas por alguien”.
Allí Moisés de Joren escribe:
––––––––––––––––
1.Moises de Joren “Historia de Armenia” (s.V). En
el primer libro de esa historia que alude a la genealogía del pueblo
armenio, el autor habla de las fuentes que usó para escribir el libro.
Todas fuentes son griegas, mejor dicho son las traducciones griegas de las crónicas
e historias que se encontraban en los archivos reales y de templo de Persia,
de Egipto, de Babilonia y de otros paices, que él conocía, como
creen, a través de las obras de Eucebio de Cesarea. Entre los autores
mencionados por él, figuran: Beros, “un sabio caldeo, experto en
las ciencias”; Mar Abas Catina, un sirio “inteligentisimo y ávido
de saber”; Abidén; Sibila de Beros “superior a muchos por
su veracidad” y otros. Entre las fuentes indica también leyendas
orales, particularmente atribuidas a Olimpiador, un filósofo que había
contado el contenido del libro sobre Ksisutro (Noe bíblicio) y sus hijos,
que existía en los otros tiempos y que, como decía, ya “no
se puede hallar en ningún lugar”. La existencia de esas legendas
se confirmaba por los ancianos de la generación de Aram que incluso en
los tiempos de Moisés de Joren “las contaban de memoria acompañandolas
con los instrumentos musicales, cantos, espectáculos y bailes”.
El autor concluye la lista de estas últimas fuentes con las siguientes
palabras:
“Cuanto mentira y cuanto verdad hay en ellas no me incumbe. Porque en
este libro yo cito todo lo que he escuchado y leido en libros, para que no dudes
en la puresa de mis intenciones respecto a vos”.
“Se conoce que la definición de los tiempos desde el principio
de la Creación hasta nosotros,
y, en particular, la definición de las filas de los descendientes de
los tres hijos de Noe, es muy penosa y de difícil realización,
especialmente si intentar observarlos por los siglos. Y más aún,
porque la Divina Escritura al destacar su propio pueblo, rechazó a los
demás como despreciables e indignos de la mención en sus páginas.
Contaremos, comenzando de ellos,
a medida de nuestras posibilidades, todo lo cierto que encontramos en las historias
antiguas, desde nuestro punto de vista, completamente auténticas. Y tú,
juicioso lector, mira ahora la regularidad de las filas de los tres linajes
hasta Abraham, Nin y Aram y ¡asombrate!”
A continuación presento las genealogías citadas por Moisés de Jorén:
Sem tenía cien años cuando engendró a Arpaksad,
Arpaksad era de ciento treinta y cinco años de edad cuando engendró
a Kainan.
Kainan tenía ciento veinte años cuando engendró a Sélaj.
Era Sélaj de treinta años cuando engendró a Héber.
Era Héber de ciento treinta y cuatro años cuando engendró
a Péleg.
Era Péleg de ciento treinta años cuando engendró a Reú.
Era Reú de ciento treinta y dos años cuando engendró a
Serug.
Era Serug de ciento treinta años cuando engendró a Najor.
Era Najor de ciento veintinueve años cuando engendró a Téraj.
Era Téraj de setenta años cuando engendró a Abram,
Can engendró a Kus
Kus engendró a Misrátim
Misráyim engendró a Nemrod
Nemrod engendró a Bab
Bab engendró a Anebis
Anebis engendró a Arbel
Arbel engendró a Hayal
Hayal engendró al otro Arbel
Arbel engendró a Nin
Nin engendró a Ninive
Jafet engendró a Gomer
Gomer engendró a Tiras
Tiras engendró a Togarma
Togarma engendró a Hayk
Hayk engendró a Aramaniak
Aramaniak engendró a Aramais
Aramais engendró a Amasia
Amasia engendró a Guelam
Guelam engendró a Harma
Harma engendró a Aram”
Como vemos, la genealogía de Sem completamente coincide con la segunda
genealogía del mismo presentada en Gen 11: 10-26 de Septuaguinta y de
las traducciones orientales (rusa, armenia, etc.). Pero Cainán (Quenán)
no figura en las versiones modernas católicas y hebreas de la misma genealogía.
Tampoco figuran allí Asur y Aram presentes en la primera genealogía
de Sem en Gen 10: 22-31. Y tampoco está Asur en la genealogía
equivalente de Can que nos presenta Moisés de Joren, mientras que Aram
figura allì como descendiente de Jafet.
Esas tres genealogías merecen una consideración especial a la
que dedicaré la segunda parte de este libro. Pero ahora, volviéndome
al tema notaré que tampoco tiene fundamentos firmes la interpretación
directa de la comunicación bíblica que los hijos de Noe fueron
los progenitores de las tres razas humanas, porque en ella no está aclarado
de que razas exactamente se trata. Si las observemos desde el punto de vista
del color, suponiendo, como se cree, que los camitas son los negros, entonces
deberíamos hablar de dos razas, ya que aquellos que se creen semitas
y jafetanos pertenecen a la raza blanca. Si, conforme con el texto bíblico,
supongamos que los camitas son los habitantes del norte de África y de
la parte oriental del Asia Anterior (Gen 10: 6-20), veremos que allá
vivían y viven los etíopes y aquellos, a los que llamamos semitas.
Pero nos preguntaremos: si en lugares, donde, según la Biblia, deberían
vivir los camitas, viven los semitas, entonces ¿donde están los
camitas?
Si nos dirijamos ahora a las tres familias lingüísticas que llevan
los nombres de los hijos de Noe, la confusión se profundizará
aún más, porque hay pueblos que, según la genealogía
bíblica, representan a los camitas, sin embargo su lengua pertenece a
la familia semítica. Así Babilonia, Acad, Asur en la Biblia se
relacionan con los descendientes de Can (Gen 10: 6-14), mientras que sus lenguas
(asirio-babilónica y acádica) pertenecen a la familia semítica.
A la misma pertenecen también las tribus Seba y Dedán anotadas
en la genealogía de Can. Para salir de algún modo de esta confusión,
los lingüistas a menudo cualifican la familia semítica como semítico-camítica,
aunque no exista ninguna definición segura de las lenguas camíticas.
Con semejantes contradicciones en el texto bíblico nos encontramos bastante
frecuentemente. Una de estas, es la comunicación que Yabal del linaje
de Caín fue “el padre de los que habitan en tiendas y crían
ganado” (Gen 4: 20), cuando sabemos que en tiendas habitaban los semitas
y el mismo Abraham.
Todas esas desconformidades porfiadamente hacen suponer o un error en la transmisión
del texto sagrado o su mala traducción. En tal caso la única solución
es buscar su sentido a través de la etimología de los nombres
y de los topónimos. Pero antes de hacerlo nos distraemos un poco del
tema, para ver que representan los nombres en la Biblia y cuales el origen de
información bíblica.
Sobre los nombres bíblicos y el origen de las comunicaciones bíblicas
Los investigadores de la Biblia conocen que los nombres bíblicos revelan
la misión o predestinación oculta de los hombres, objetos o fenómenos
que definen. El nombre es semejante a la palabra encarnada por la cual Dios
creó todo el universo invisible y visible. El sentido recóndito
del nombre ya se adivina, cuando el Señor lleva ante el hombre a todos
los animales y aves que había creado, “para ver cómo los
llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.”(Gen
2: 19-20).
Y no hay duda en que los nombres que Adán los daba tenían que
ver con las predestinaciones de estos seres.
También los nombres de las ciudades, de los pueblos y países bíblicos
revelan su predestinación principal, sea positiva o negativa. Así,
el nombre Babilonia se debe al hecho que “allí embrolló
Yahveh el lenguaje de todo el mundo, y desde allí los desperdigó
Yahveh por toda la haz de la tierra” (Gen 11: 9), es decir, allí
fue dividida la unidad del lenguaje humano.
Lo mismo se puede decir respecto a los nombres étnicos. De un modo evidente
vemos eso, por ejemplo, en los nombres de moabitas y ammonitas que nacieron
como consecuencia de un incesto que cometieron las hijas de Lot con su padre:
“la mayor dio a luz un hijo,” se dice en Génesis, “ye
le llamó Moab: es el padre de los actuales moabitas. La pequeña
también dio a luz un hijo, y le llamó Ben Ammí: es el padre
de los actuales ammonitas” (Gen 19: 37-38).
Igualmente el nombre de Dios Yahveh que le define como “Yo soy como soy”
(Ex 3: 14) y los nombres de todas otras personas que la Sagrada Escritura menciona.
La importancia que tienen los nombres a los ojos de Dios se revela también
del hecho que Él cambia los nombres de aquellos, con quienes establece
una alianza. Por ejemplo, a Abram le dijo: “No te llamarás más
Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de
pueblos te he constituido” (Gen 17:5) y también: “Dijo Dios
a Abraham: «A Saray, tu mujer, no la llamarás más Saray,
sino que su nombre será Sara. Yo la bendeciré, y de ella también
te daré un hijo. La bendeciré, y se convertirá en naciones;
reyes de pueblos procederán de ella.»(Gen 17: 15-16). Lo mismo
hace Dios con Jacob diciéndole: “En adelante no te llamarás
Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y contra los hombres,
y le has vencido” (Gen 32: 29), etc.
Sobre el sentido misterioso y secreto del nombre evidencian también las
palabras del Salvador en Apocalipsis: “al vencedor le daré maná
escondido; y le daré también una piedrecita blanca, y, grabado
en la piedrecita, un nombre nuevo que nadie conoce, sino el que lo recibe.”
(Ap 2:17)
Pues, todo nos dice que los nombres y topónimos de la Biblia encierran
en sí una información importante sin la cual sería imposible
entender el sentido que tienen a los ojos de Dios aquellos que los llevan y
el papel que les está predestinado en las intenciones divinas. Pero el
asunto es que no todos ellos pueden ser explicados por el idioma hebreo. Ese
hecho y además las glosas que existen en el texto de la Sagrada Escritura
hacen suponer que, quizás, el idioma original de la misma, particularmente
del Pentateuco, no fue el hebreo y que los traductores, de haberla traducido
muchas veces de idioma a idioma, podrían perder muchas cosas, porque
traducían lo que entendían y lo que no entendían, dejaban
como estaba. Para descifrar esas palabras que, sin duda, Dios nos había
transmitido para que entendiéramos, es menester que muchos teólogos
y lingüistas reuniendo sus esfuerzos busquen sus significados en todas
las lenguas vivas y muertas, porque, es muy probable que el original fuera escrito
en aquella lengua divina e única que la humanidad hablaba antes de la
Confusión de Babel. Pero ¿qué sabemos sobre el origen de
la Biblia o de las sagradas escrituras que contiene?
Respecto a esa pregunta algunos datos interesantes encontramos en los libros
apócrifos del Antiguo y del Nuevo Testamentos. Particularmente son dos:
el Libro de Enoc y El Evangelio armenio de la Infancia. Y lo que en ellos se
refiere a la antigüedad de las fuentes bíblicas no solamente no
contradice a la lógica de la Biblia, sino va ampliando y hasta explicando
algunas de las comunicaciones de sus libros canónicos.
Como se sabe, Enoc vivió antes del diluvio universal, lo que significa
que también vivió antes de la Confusión de Babel que provocó
la división de las lenguas y de los pueblos. Entonces podemos decir que
su libro fue escrito en la protolengua de la humanidad, de la cual después
había sido traducida innumerables veces. Conforme con el texto que citamos
abajo, la enseñanza del Libro de Enoc es la de sabiduría y se
llama la norma reguladora para toda la tierra que en otros términos significaría
la Palabra de Dios ya que es Él Quién posee la sabiduría
y da normas reguladoras para toda la tierra. He ahí las propias palabras
de Enoc:
“Libro escrito por Henoc, el escriba ? pues él escribió toda esta enseñanza de sabiduría, loada por todos los hombres y norma reguladora para toda la tierra ?, para todos mis hijos que moran en la tierra y para las generaciones posteriores que obren en rectitud y paz.” (Primer libro de Enoc 92: 1).
En otro lugar continúa:
“conozco los secretos de los santos, ya que el Señor me los ha mostrado y hecho conocer y los he leído en las tablas celestiales. En ellas vi escrito que una generación tras otra pecará, hasta que surja una generación justa, se destruya la culpa y desaparezca el pecado de la tierra, aconteciéndole todo bien. (Primer libro de Enoc 106: 19-107, 1)
Ese libro él entregó a su hijo:
“Ahora, hijo mío, Matusalén, voy a decirte todas estas cosas y te las escribiré: todo te lo he revelado y te he dado los libros de todo esto. Conserva, hijo mío, el libro de mano de tu padre, para darlo a las generaciones eternamente. Sabiduría te he dado, a ti, a tus hijos y a tus descendientes, para que transmitan a sus hijos por generaciones esta sabiduría superior a su pensamiento”. (Primer libro de Enoc 82: 1-2)
Después lo recibieron consecutivamente Lamec y Noé quién añadió:
“Tras esto, me dio mi abuelo Henoc en un libro la explicación de todo lo oculto y las parábolas que le habían sido otorgadas, y me las reunió en las palabras del Libro de las parábolas” (Primer libro de Enoc 68: 1).
A su vez el Evangelio armenio de la infancia completa estos datos. Según el, los tres reyes – Melkón, Baltasar y Gaspar - que habían llegado a adorar a Cristo recién nacido, cuentan lo siguiente:
“... cuando Adán hubo abandonado al Paraíso, y cuando Caín hubo matado a Abel, el Señor concedió a nuestro primer padre el nacimiento de Seth, el hijo de consolación, y, con él, aquella carta escrita, firmada y sellada por el dedo del mismo Dios. Seth la recibió de su padre, y la dio a sus hijos. Sus hijos la dieron a sus hijos, de generación en generación. Y, hasta Noé, recibieron la orden de guardar cuidadosamente dicha carta. Noé se la dio a su hijo Sem, y los hijos de éste la transmitieron a los suyos. Y éstos, a su vez, la dieron a Abraham. Y Abraham la dio a Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Alto, por cuya vía nuestro pueblo la recibió, en tiempo de Ciro, monarca de Persia, y nuestros padres la depositaron con grande honra en un salón especial. Finalmente, la carta llegó hasta nosotros. Y nosotros, poseedores de ese testimonio escrito, conocimos de antemano al nuevo monarca, hijo del rey de Israel.... ese documento era el mismo que los magos ofrecieron al niño Jesús. (El Evangelio armenio de la Infancia 11, 11 y 24) [2]
Una confirmación circunstancial de lo que la carta de Dios, realmente, podría llegar a parar en Persia en los tiempos de Ciro nos da la Biblia misma. En el libro de Isaías Dios dice a Ciro:
«Tú eres mi pastor y darás cumplimiento a todos mis deseos, cuando digas de Jerusalén: "Que sea reconstruida" y del santuario: "¡Echa los cimientos!"» Así dice Yahveh a su Ungido Ciro, a quien he tomado de la diestra para someter ante él a las naciones y desceñir las cinturas de los reyes, para abrir ante él los batientes de modo que no queden cerradas las puertas. Yo marcharé delante de ti y allanaré las pendientes. Quebraré los batientes de bronce y romperé los cerrojos de hierro. Te daré los tesoros ocultos y las riquezas escondidas, para que sepas que yo soy Yahveh, el Dios de Israel, que te llamo por tu nombre. (Is 44: 28 – 45: 1-3)
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2. Evangelios apócrifos. – Ediciones Libertador,
Bs.Ar. 2003.
Hablando aquí de “los tesoros ocultos y las riquezas escondidas”,
Dios, sin duda, refiere a los tesoros y riquezas espirituales que, por supuesto,
podrían incluir esa Carta de salvación dada por Dios a Adán.
Creo que la Biblia está compuesta precisamente sobre la base de estos
conocimientos que pasaban de generación a generación, de lengua
a lengua. Si la unidad de la forma y del contenido del texto bíblico
más antiguo no deja lugar a dudas respecto de su
autenticidad, los nombres y topónimos deberían sufrir adaptaciones
a todas las lenguas a las cuales se traducían. Además, si al principio
estos caracterizaban a las personas o los lugares, con el tiempo comenzaron
a entenderse simplemente como nombres propios, mientras que el sentido que incluían
fue olvidado. Por eso hoy es muy difícil definir cuál fue su sentido
primitivo. Y sin embargo la mirada atenta hasta hoy permite revelar muchas cosas.
Ahora volvemos al asunto postergado y consideremos a los hijos de Noé
y la así llamada maldición-bendición de Noé.
La maldición-bendición de Noé.
Preguntas sin respuestas.
Al intentar descubrir el significado o la etimología de los nombres de
los hijos de Noe nos enfrentamos con las mismas dificultades. Resulta que el
sentido exacto de estos nombres no está aclarado y distintos investigadores
los interpretan de distinta manera. Además prestando la mayor atención
al punto de vista histórico, ellos antes de todo concentran su atención
sólo en el definir, quien fue el primogénito, ya que en este asunto
el texto bíblico tampoco es claro.
La cuestión es que estos nombres en la Biblia lo más frecuentemente
se mencionan en el siguiente orden: Sem, Can y Jafet (Gen 5: 32; 6: 10; 7: 13)
de lo cual se puede concluir que Sem fue el mayor, Can, el medio y Jafet, el
menor. Pero en cuanto a las genealogías, la de Jafet siempre precede
a las de sus hermanos. Después viene la de Can y al final la de Sem.
(Gen 10) A pesar de que el nombre de Can siempre figura colocado entre los nombres
de sus hermanos, el texto lo menciona como al menor (Gen 9: 24).
Para encontrar la respuesta los estudiosos recurren a los cálculos. Partiendo
de la comunicación bíblica que Noe tenía 500 años
cuando nacieron Sem, Can y Jafet (Gen 5: 32); que Can fue el menor (Gen 9: 24);
que el diluvio tuvo lugar, cuando Noe cumplió 600 años (Gen 7:
6) y que Sem tenía 100 años, cuando a dos años después
del diluvio nació Arpaksad (Gen 11: 10), muchos de ellos hacen la siguiente
conclusión: si a dos años después del diluvio Sem tenía
100 años, a saber, cuando Noe tenía 602 años, significa
que Sem nació, cuando Noe tenía 502 años; y si Can fue
el menor de sus hijos, entonces hay que pensar que cuando en Génesis
5: 32 se dice sobre el nacimiento de esos tres hijos de Noe en su edad de 500
años, en realidad, se refiere sólo a Jafet, ya que Sem nació
dentro de dos años y Can fue el menor. Además algunos sabios del
idioma hebreo antiguo creen, que el verso 21 del capítulo décimo
de Génesis que suele interpretarse como “También le nacieron
hijos a Sem, padre de todos los hijos de Héber y hermano mayor de Jafet,”
según la gramática hebrea, sería más correcto traducir
como “También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos
de Héber y hermano de Jafet, el mayor.” [3] Pero porque, por el
convencimiento común, tal interpretación no
-----------------------------
3. Ver, por ejemplo, S.N.Kramer, Analecta Bíblica 12 (1959)
: 202-204 - www.wikicristiano.org/editar.php?id=4066; Judaísmo ortodoxo
netzraim.Cap.10: www.mesianicos.net/noaj_ en_espanol_cap.10.htm )
corresponde al contexto bíblico, la mayoría simplemente deja
sin atención este hecho y sigue considerando a Sem como el hermano mayor
de Jafet. [4]
Hay que decir aquí que la “edad” de los hijos de Noé
no es conocida por una simple razón que no había revelado el verdadero
sentido del fragmento referido a la maldición-
bendición de Noé. Lo veremos ahora. En la Génesis leemos:
“Los hijos de Noé que salieron del arca eran Sem, Cam y Jafet.
Cam es el padre de Canaán. Estos tres fueron los hijos de Noé,
y a partir de ellos se pobló toda la tierra. Noé se dedicó
a la labranza y plantó una viña. Bebió del vino, se embriagó,
y quedó desnudo en medio de su tienda. Vio Cam, padre de Canaán,
la desnudez de su padre, y avisó a sus dos hermanos Entonces, Sem y Jafet,
tomaron el manto, se lo echaron al hombro los dos, y andando hacia atrás,
vueltas las caras, cubrieron la desnudez de su padre sin verla. Cuando despertó
Noé de su embriaguez y supo lo que había hecho con él su
hijo menor, dijo:
«¡Maldito sea Canaán! ¡Siervo de siervos sea para sus
hermanos!»
Y dijo: « ¡Bendito sea Yahveh, el Dios de Sem, y sea Canaán
esclavo suyo!
¡Haga Dios dilatado a Jafet; habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán
esclavo suyo!» (Gen 9: 18-27)
Esas palabras de Noe durante siglos provocaron y siguen provocando la perplejidad
entre los investigadores tanto judaicos, [5] como cristianos, porque al leerlas
inmediatamente surgen por lo menos dos preguntas:
(1) ¿por qué por el crimen de Can Noe maldice a Canaan, el hijo
de Can? Y
(2) ¿por qué dice que Jafet habitará en las tiendas de
Sem? ¿Dónde estará entonces Sem?
He ahí como contesta a esas preguntas, por ejemplo, San Juan Crisóstomo.
Respecto a la primera pregunta él escribe:
“He ahí hemos llegado a la pregunta que se repite por doquier.
Hay muchos que dicen: ¿Porque él que recibió la maldición
fue el hijo de Can, cuando él que pecó y abrió la desnudez
de Noé fue Can mismo? (...) Noé quiso castigar a Can por su crimen
y por la ofensa inferida a él sin romper al mismo tiempo la bendición
de Dios que ya habían recibido antes: “Dios,” se había
dicho, “bendijo a Noé y a sus hijos, cuando salieron del arca”
(Gen 9:1). Pues, para que no parezca que él maldice a aquel quien ya
había recibido la bendición de Dios, Noé deja por ahora
al ofensor y acarrea la maldición a su hijo. Es cierto, uno diría
que Noe no maldijo a Can porque él había recibido la bendición
de Dios: pero ¿por qué por el crimen del padre fue castigado el
hijo? Y no fue sin motivo. Efectivamente, Can fue castigado y sufrió
la pena no menos que su hijo.
Ustedes, por supuesto, saben, que a menudo los padres están dispuestos
a ser castigados en lugar de sus hijos, porque para ellos ver el sufrimiento
de sus hijos es mucho más penoso que su propio sufrimiento. Entonces
fue hecho así (es decir, en lugar de Can fue castigado su hijo) para
que el padre por su amor natural al hijo, sufriera un profundo dolor, y al mismo
tiempo la bendición de Dios se quedara intacta; también para que
el hijo expuesto a la maldición estuviera castigado por sus propios pecados,
porque aunque sufriera por el crimen del padre, probablemente, lo hacía
también por sus propios pecados. El fue expuesto a la maldición
no sólo por el pecado del padre, sino, sin duda, también para
que el padre a través del hijo llevase un castigo mayor. De lo que Dios
no somete al castigo ni a los padres por sus hijos, ni a los hijos por sus padres,
pero cada uno se castiga por sus propios pecados, a menudo advierten los
----------------------
4. ??????????? ? ?????????????. ??????????? ??????. ??????????
????????????: http://lib.eparhia-saratov.ru/books/13n/nikifor/encyclopedia/1755.html
5. Por ejemplo, en la versión rusa de la enciclopedia hebrea electrónica
bajo el rubro “Can” se dice: “No está claro, ¿por
que Noé en lugar de Can maldijo a Canaan, el hijo de este?…”»
(www.eleven.co.il/)
profetas. Por ejemplo, dicen: «Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren de dentera» (Jer 31: 29) también: “El que peque es quien morirá” (Ezeq 18: 20) y también: “No morirán los padres por culpa de los hijos ni los hijos por culpa de los padres” (Deu 24: 16)” [6]
Es la interpretación que con unas variaciones poco significativas adoptaron
todas las
Iglesias cristianas. Unos de los investigadores, por ejemplo (a mi juicio, muy
justamente), piensan que el nombre Canaán puede presentar alguna definición
de Can, otros, que su maldición podría ser justificada por la
depravación que el hijo había heredado del padre, o por su participación
en el pecado cometido por su padre; terceros opinan, igual que el San Juan Crisóstomo,
que la causa de la maldición del hijo está relacionada con el
deseo de castigar al padre lo más dolorosamente. [7]
En cuanto a la segunda pregunta, el San Juan Crisóstomo la contesta de
la manera siguiente:
“A través de las bendiciones de Sem y Jafet él, me parece,
anunció la vocación de dos pueblos, a saber: a través de
Sem la de los Judíos, porque de él provino el patriarca Abraham
y el pueblo Judío; y a través de Jafet, la de los paganos. Así
que esa es la profecía que se esconde en esta bendición: “¡Haga
Dios dilatado a Jafet; habite en las tiendas de Sem» Eso, como vemos,
de verdad, se cumplió respecto a los paganos. Diciendo “haga dilatado”
él refería
a todos los paganos, y diciendo” habite en las tiendas de Sem” (dio
entender) que los paganos se aprovecharán de todo lo que fue designado
y preparado para los Judíos. Y sea Canaán esclavo suyo!”
[8]
Por lo general también esta explicación coincide con la opinión adoptada por todas las Iglesias. Las variedades son insignificativos. Por ejemplo, uno de los investigadores católicos escribe:
«Varios detalles son dignos de notar en esta maldiciónbendición: a) La graduación de preferencia: Sem (v.) o el señor, Jafet (v.) o el huésped, Can. o el esclavo (P. Morant). b) Can queda así excluido de las bendiciones divinas. c) El nombre de Canaán evidencia la intención de restringir la maldición a los cananeos; no quedarían incluidos los otros hijos de Can y, de hecho, la historia bíblica no los considera tan peyorativamente como podría esperarse de la maldición. d) Los Santos Padres interpretan la bendición de Jafet como una profecía que anuncia la entrada de los paganos en la comunidad de los elegidos». [9]
Pero si es así, entonces surgen tres preguntas más:
(1) ¿por qué Jafet que obró noblemente igual que Sem, se
relaciona con los
paganos, es decir, de repente se convierte en el progenitor de los
pueblos idólatras, malditos por Dios, cuando dice Cristo: “Un árbol
bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos
buenos.”(Mt 7: 18)? Y
–––––––––––––––––––––––––––––
6. La traducción española de las citas presentadas
de “Las conversaciones sobre el libro de Genesis” del San Juan Crisóstomo
es de la autora de esta obra. Las citas han tomadas de la conversación
??I? t.IV, libro.I – Edición de Internet: ???-????? "?????"
?????? - 2003
7. “La maldición (Gen 9:24-27) va dirigida contra Canaán,
que ya ha sido presentado como hijo de C.; quizás es una denominación
del mismo C., o una sustitución del padre por un hijo heredero de sus
bastardos sentimientos. P. Morant cree que la maldición de Canaán
puede explicarse porque participó en el pecado o porque así C.
es castigado y herido en lo que más quiere, que es su hijo”. G.
del Cerro Calderón. ??m - Ediciones Rialp S.A. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
8. Vease la nota 6.
9. G. del Cerro Calderón. ??m - Ediciones Rialp S.A. Gran Enciclopedia
Rialp, 1991.
(2) ¿por qué, cuando se dice que él habitará en
las tiendas de Sem, algunos
entienden que habitará como un huésped, es que el huésped
poco se
distingue de un esclavo, ya que, igual que él, no tiene su vivienda y
vive
en un hogar ajeno por el favor del dueño?
(3) ¿por qué, los semitas se contraponen a los jafetanos como
a los
paganos, cuando todos los libros de los profetas hablan del paganismo
de los descendientes de Sem y, particularmente de los que se llamaban
israelitas (Ver, por ejemplo, las palabras del Señor dirigidas a
Jerusalén (Ezeq 16: 3-63)?
No hay duda, que todas estas explicaciones son forzadas y no convincentes, porque,
evidentemente, nacen de una consideración literal del texto bíblico,
sin tener en cuenta el significado de los nombres de estos patriarcas postdiluvianos
de la humanidad. Pero veremos ahora, qué sabemos respecto a las etimologías
de sus nombres y cómo es su interpretación que nos sugiere el
texto bíblico.
Can y Canaán.
Comencemos de Can (en hebreo, Jam o Cam, en latín, Can). La etimología
de ese nombre no está aclarada. [10] Algunos la vinculan con la raíz
hum, es decir, negro, y partiendo de la opinión común, que los
descendientes de Can se instalaron en el continente africano, creen que los
camitas son los negros. [11]
Existe también la opinión que Can significa caliente. [12] Evidentemente,
también esa opinión está relacionada con la creencia que
los camitas son los habitantes de la caliente África y antes de todo
porque el Salmo 78, verso 51 dice de Egipto: “hirió en Egipto a
todo primogénito, las primicias de la raza en las tiendas de Cam.”
[13]
Pero, teniendo en cuenta que Egipto en el texto bíblico a menudo se entiende
alegóricamente y que los nombres caracterizan a los hombres, veremos,
primero, ¿cuál fue el pecado de Can que provocó su maldición,
porque el significado de su nombre, seguramente, debe relacionarse con este
pecado.
Como hemos visto del fragmento en cuestión presentado arriba, este pecado
consistía en el hecho que Can “vio la desnudez de su padre.”
Los que conocen el texto de la Sagrada Escritura, saben que bajo la frase ver
desnudez se entiende la relación sexual, respecto a la cual el Levítico
da indicaciones muy claras. Aquí están algunas de ellas:
“Ninguno de vosotros se acerque a una consanguínea suya para
descubrir su desnudez. Yo, Yahveh. No descubrirás la desnudez de tu padre
ni la desnudez de tu madre. Es tu madre; no descubrirás su desnudez.
No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre; es la misma desnudez
de tu padre...” etc. (Lev 18, 6 y sigs.) o
“El que se acueste con la mujer de su padre, ha descubierto la desnudez
de su padre; ambos morirán: caerá sobre ellos su sangre.”
(Lev 20, 11; ver también todo el fragmento de 10 a 21)
Asimismo el Deuteronomio que después de nombrar los mismos pecados, añade
que maldito está quien los comete. He ahí la maldición
exacta referida al pecado cometido
por Can:
------------------------
10. G. del Cerro Calderón. ??m - Ediciones Rialp S.A.
Gran Enciclopedia Rialp, 1991; Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Bíblico
Certeza, (Barcelona, Buenos Aires, La Paz, Quito: Ediciones Certeza) 2000.
11. Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Bíblico Certeza, (Barcelona, Buenos
Aires, La Paz, Quito: Ediciones Certeza) 2000.
12. ??????. ????? ?????????? ??????? ??????? ? ?????? ?????? ? ??????? ????????
? ????????????. ??.???. 1983, ???. «????? ? ?????», ????????.- ???????
?????????, ??.2470: ???.
13. Ver también Salmos 105, 23 y otros.
“Maldito quien se acueste con la mujer de su padre, porque descubre el borde del manto de su padre. - Y todo el pueblo dirá: Amén.” (Deum 27, 20; ver también todo el fragmento: versos 15-26).
De los fragmentos citados está claro que el pecado cometido por Can
era el pecado
mortal del incesto.
Pero ¿por qué la maldición fue dirigida a Canaan y no a
Can? Para contestar a esta pregunta, veremos qué sabemos del nombre de
Canaan (hebr. Janaan).
Ese nombre se repite en la Biblia más frecuentemente que los otros dos.
Las opiniones de los investigadores respecto de su etimología tampoco
coinciden. Unos la relacionan con el “negociante”, porque Ezequiel
define a Canaan como la tierra de los negociantes que hacen negocios con todo
el mundo (Ezeq 17). [14] Otros creen que, partiendo de la maldición de
Noe, debe significar “esclavo”, [15] Terceros ven en el nombre de
Canaan “la tierra baja”. [16] Otros más lo explican como
“celoso”. [17] Pero el asunto, como creo, aclara la siguiente conversación
que tuvo Jesús con una mujer cananea:
“En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.» Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros» Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!» El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.» Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija.” (Mt 15, 22-28)
Este episodio con Cristo, donde Él define a los cananeos como”
perros”, nos inmediatamente sugiere que en el latín se conservó
el verdadero sentido de la raíz can que significa perro. Ya que los sonidos
“c(k)” y “j” y también “n” y “m”
se alternan, no hay duda que Jam hebreo y Can latino representan la misma raíz
que vemos en ambos nombres, es decir, en el nombre del padre – Can - y
del hijo – Canaan , casi con el mismo significado, ya que uno indica el
pecado y el otro al que lo comete. Es evidente así porque en la Sagrada
Escritura Can se llama padre de Canaan por la misma razón que el Satán
se llama padre de la mentira (Jn 8, 44).
A juzgar por la presentada arriba interpretación del pecado cometido
por Can, bajo Canaan hay que entender justamente el pecado de la depravación
sexual. Y maldiciendo a Canaan Noe maldice ese mismo pecado y su origen cualificándolos
con esa palabra. Mientras que los pueblos que se formaron de sus descendientes,
como
nos da a entender el texto sagrado, representan las variedades de este pecado.
En tal sentido Can y Canaan pueden presentar la misma persona, ya que Canaan
se convierte en la definición de Can, o de lo que él puso en marcha.
A propósito, en la Enciclopedia
electrónica hebrea ofrecida en el Internet en idioma ruso hay una información
interesante acerca de Can, tomada de la Ley oral de los hebreos la que se llama
Aggada. Ahí se dice:
-------------
14. Ver la nota 5 “Can” (www.eleven.co.il/)
15. ??????. ????? ?????????? ??????? ??????? ? ?????? ?????? ? ??????? ????????
? ????????????. ??.???. 1983, ???. «????? ? ?????», ????????.- ???????
?????????, ??.2470: ??????.
16. ?????????? ??????? ?????????? ?.?.: www.geocities.com/Athens/Itaca/4515
??? http://vp35.narod.ru (Diccionario bíblico de Vijliancev V.P.)
17. Diccionario bíblico: www.ecatolico.com/diccionario/dicbil.htm
“Can era tan depravado que antes de morir legó a sus descendientes: “Amad uno al otro, amad bandolerismo, amad libertinaje, odiad a sus señores y no decid la verdad.” [18]
Nombraremos sólo los países más conocidos fundados, según
la Biblia, por los hijos
de Can. Entre ellos encontramos Egipto (Misráyim), Babilonia, Acad, Canaan
y otros.Particularmente de Canaán tuvieron origen las siguientes naciones
y ciudades:
“Canaán engendró a Sidón, su primogénito, y a Het, al jebuseo, al amorreo, al guirgasita, al jivita, al arqueo, al sineo, al arvadeo, al semareo y al jamateo. Más tarde se propagaron las estirpes cananeas. La frontera de los cananeos iba desde Sidón, en dirección de Guerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Admá y Seboyim, hasta Lesa. Estos fueron los hijos de Can, según sus linajes y lenguas, por sus territorios y naciones respectivas”(Gen 10: 6-20).
Cada uno de ellos, parece representar un pecado particular, como, por ejemplo, Sodoma y Gomorra, y está predestinado a la destrucción. En cuanto a sus tierras, éstas fueron prometidas al Pueblo de Dios:
“Yo te daré a ti y a tu posteridad la tierra en que andas como peregrino, todo el país de Canaán, en posesión perpetua, y yo seré el Dios de los tuyos.» (Gen 17, 8)
Que los cananeos simbolizaban el pecado de lujuria, se ve también de la siguiente conversación de Rebeca con Jacob que leemos en el libro de los jubileos:
“... llamó Rebeca a su hijo Jacob, y le dijo:
- Hijo mío, no tomes mujer de las hijas de Canaán, como tu hermano
Esaú, que ha tomado dos mujeres cananeas que han amargado mi espíritu
con sus actos impuros. Todas sus acciones son fornicación y lascivia;
no hay en los cananeos ninguna justicia, pues son malos...
Respondió Jacob a su madre, Rebeca:
- Aquí me tienes, madre, con nueve septenarios, y no conozco ni he tocado
ninguna mujer, ni me he desposado, ni pienso tomar mujer de las hijas de Canaán.
Recuerdo, madre, las palabras de nuestro padre, Abrahán, que me ordenó
no tomar mujer de las hijas de Canaán, ya que de la descendencia de la
casa de mi padre y de mi linaje debo tomar mujer..... No temas, madre, confía
en que haré tu voluntad y procederé rectamente, sin corromper
nunca mi conducta”. (El libro de los jubileos 25, 1, 4-5,10)
De ahí se ve que Esaú que tenía dos mujeres cananeas,
rompió con los preceptos de Abrahán en cuanto al candor y castidad,
y lo hizo de tal modo que no le importó vender por un guiso su primogenitura.
En otros términos, obrando así, Esaú puso en evidencia
que su carne dominaba a su espíritu. Mientras que Jacob, como hemos visto,
era casto y mantuvo su fidelidad al legado de Abrahán.
Eso significa que bajo las relaciones con los cananeos se entiende el sometimiento
del espíritu a los instintos de la carne. Precisamente por eso a los
hebreos fue prohibido casarse con las hijas de Can y Canaán. Al amonestar
a su hijo Jacob para que no se case con las cananeas, Rebeca le recuerda también
que “toda su descendencia está destinada
a exterminio en la tierra. Por culpa de Cam erró Canaán, y roda
su descendencia y posteridad desaparecerán de la tierra; no habrá
de ella quien sea salvo el día del juicio.” (El libro de los jubileos,
22: 21-22).
–––––––––––––––
18. Ver la nota 5. “Can” (www.eleven.co.il/)
Por eso los hebreos no sólo no debían casarse con las hijas de
Can y Canaán, sino también tenían obligación a extirpar
y anonadar a todo cananeo sin piedad como la personificación del mal.
Así es como Dios aconseja tratarlos:
“Cuando Yahveh tu Dios te haya introducido en la tierra a la que vas a
entrar para tomarla en posesión, y haya arrojado delante de ti a naciones
numerosas: hititas, guirgasitas, amorreos,cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos,
siete naciones más numerosas y fuertes que tú, cuando Yahveh tu
Dios te las entregue y las derrotes, las consagrarás al anatema. No harás
alianza con ellas, no les tendrás compasión. No emparentarás
con ellas, no darás tu hija a su hijo ni tomarás su hija para
tu hijo. Porque tu hijo se apartaría de mi seguimiento, serviría
o otros dioses; y a la ira de Yahveh se encendería contra vosotros y
se apresuraría a destruiros. Por el contrario, esto es lo que haréis
con ellos: demoleréis sus altares, romperéis sus estelas, cortaréis
sus cipos y prenderéis fuego a sus ídolos.” (Dt 7, 1-5)
Es una alegoría de la historia de la conquista de la tierra prometida
por Josué, hijo de Nun que simboliza a Jesucristo. Compartimos esa idea
con Eusebio de Cesárea, el padre de la historiografía cristiana,
que las obras de Jose cualificó como “culto simbólico entregado
por él” en “el mando de la verdadera y más pura piedad.”
Justamente por eso, según el historiador, Moisés lo llamo Jesús,
ya que el nombre significa Salvador. [19]
Cuando el Señor habla sobre la necesidad de la exterminación de
los pueblos cananeos, quiere decir, la exterminación de los pecados,
toda la variedad de los cuales en la Biblia se compara con los “pueblos,”
que alejan a los Hijos de Dios de su Padre Celestial. La inexorabilidad y la
crueldad con la cual el Señor manda a Josué de Nun exterminar
a los cananeos, en realidad, nos muestra, con que inexorabilidad tenemos que
exterminar a los camitas y cananeos que habitan dentro de nosotros. Justamente
esa misma intención está, por ejemplo, en las penitencias, a veces
bastante crueles, que se imponen a sí mismos los monjes y las monjas
cristianos.
Así que resulta que los camitas y cananeos no representan una raza terrenal,
sino el pecado que lucha por dominar al hombre. Eso quiere decir que todo pecador
es cananeo o camita, sin importar su nación terrenal, porque así
se llama el mismo pecado.
Pero hay que admitir, que cuando la lengua de la Biblia se entiende literalmente,
entonces comienza el derramamiento de sangre que Dios detesta. Y en lugar de
arrancar el mal de sí mismo, los pueblos empiezan a exterminar uno al
otro y haciendo esto, absurdamente alegan a Dios.
Entonces Can y Canaán personifican en la Biblia a los hijos del vicio.
Es curioso, que la misma raíz está en el verbo armenio khamel
que significa exprimir y la que se puede entender también como liberar
el recipiente de la inmundicia que lleva.
Desde este punto de vista viene a la memoria la siguiente profesión:
“Muchos serán lavados, blanqueados y purgados; los impíos seguirán haciendo el mal; ningún impío comprenderá nada; sólo los doctos comprenderán” (Dan 12, 10).
---------------------
19. Eusebio de Cesarea “Historia de la Iglesia”.
Libro 1, cap. 3
Sem
De haber ya considerado el significado del nombre Can, nos detendremos ahora
en el nombre de Sem (Shem - hebr.) Ese nombre se menciona en las genealogías
del Génesis, Deuteronomio, del primer libro de Crónicas y en las
genealogías de Jesucristo en los Evangelios según Mateo (1: 1-17)
y según Lucas (3: 36). Su significado tampoco es aclarado. Según
la comunicación de la Gran enciclopedia Rialp, ese termino es “de
significado incierto, pero que procede de una lengua formada en el curso de
la historia. En el supuesto de que la palabra sea de origen hebraico, debería
significar nombre,
reputación, fama. Si es originaria de Mesopotamia, equivaldría
al babilónico shumu, con el significado de nombre, usado como hijo”.
[20] Citando la ya mencionada Aggada, los judíos piensan que “Dios
dio a Sem uno de Sus nombres que es Ha-Shem.” [21]Y por eso, como creen,
de los dos hijos bendecidos, El había destacado
sólo a Sem.
Como vemos, todas las conclusiones son poco convincentes, porque el significado
de la palabra sigue siendo desconocido.
Para encontrarlo, recordemos, primero, que el Pueblo de Dios, según la
Sagrada Escritura, provino de Sem y que la honradez de Sem atestigua que él
era un portador de Dios. También recordemos que Sem fue contrapuesto
a Can que era el portador del pecado, es decir, del diablo. Ahora en relación
con esto consideremos dos palabras griegas - simbolo (s?µß???? symbolon),
? diablo (d?aß????), - que nos ayudarán a acercarse al significado
del nombre de Sem. Prestemos atención a lo que las dos palabras tienen
la misma raíz ß?? y se distinguen por las preposiciones griegas
s?µ y d?a. La primera – sym (syn)- significa junto y la segunda
– dia -, al que divide. En cuanto a la raíz ß??, los diccionarios
etimológicos lo vinculan con el verbo ballein, es decir, echar, tirar.
[22] Pero el error de esa conclusión se manifiesta, cuando uno la considera
desde el punto de vista teológico. Se sabe que el diablo es aquel quien
rebeló contra Dios y apartó de Él al hombre rompiendo así
la unidad natural de ambos. Por lo tanto la raíz ß?? debería
considerarse como una derivación de El (Dios) bíblico. [23] Lo
dicho revela que el significado original de la palabra símbolo es junto
con Dios o unido con Dios. Consiguientemente el prefijo griego s?µ se
remonta al nombre de Sem que es el símbolo de Dios o Su imagen. Entonces
el sentido teológico de la palabra símbolo es la unión
con Dios y es un antónimo de la palabra diablo.
De otro lado la palabra Sem (Shem) en idioma armenio significa edificio, puerta:
Sem, en armenio occidental, y Shem en armenio oriental antiguo que ahora se
usa en su forma plural antigua shenk , pero en el sentido singular. Eso a su
vez me hace recordar que la Biblia compara el cuerpo humano con los vasos, recipientes,
cacharros, edificios tiendas, lo que nos hace entender que Sem significa el
cuerpo hecho por Dios para Su propia habitación. He ahí como lo
afirma el apóstol:
“…sabemos que si esta tienda, que es nuestra morada terrestre,
se desmorona, tenemos un
edificio que es de Dios: una morada eterna, no hecha por mano humana, que está
en los cielos”.(2 Cor 5: 1)
–––––––––––––––––
20. Ver la nota 5: “Sem” (www.eleven.co.il/); Diccionario
bíblico: Sem (www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/4066/sem/
21. Enciclopedia hebrea en ruso: http://www.eleven.co.il/?mode=article&id=13803&query
o la
Breve enciclopedia del judaísmo. Ediciones ISTMO S.A. 2003, pág.
108.
22. Edward A. Roberts, Bárbara Pastor. Diccionario etimológico
indoeuropeo de la lengua española. Edición “Alianza Editorial”
2001, Madrid.
23. Que, realmente,es así, se puede ver en mis observaciones en el libro
“Ararat enigmático”
Mientras tanto el cuerpo vacío de los portadores del pecado se compara con los vasos de desecho:
“en todos los terrados de Moab”, dice el profeta, “y por sus calles todo el mundo se lamentaba, porque he quebrantado a Moab como vaso de desecho - oráculo de Yahveh” (Jer 48: 38)
Que Sem es un vaso, una tienda, una morada, un edificio sagrado nos indica su honradez que mereció la bendición.
Entonces, se puede decir, que la palabra griega símbolo significa también
casa de Dios. Eso es el sentido del nombre Sem.
En otros términos, Sem es el alma del hombre, que fue creado por Dios
como Su
propia vivienda, y Can es el Malvado que lo usurpó haciéndose
culpable de la aparición del cuerpo mortal que cubrió a Sem después
de su caída.
De ahí podemos ver que en muchas de las lenguas tanto indoeuropeas como
de las otras familias lingüísticas la palabra Sem se encuentra en
la raíz de la palabra semilla (veamos, por ejemplo: sémia ruso,
semen latin e ingles, serm armenio, samen alemán, semeno checo o seeme
estonio o zraim hebreo). Más aun, eso a menudo se justifica bíblicamente.
Traeré sólo un ejemplo de muchos. El Mismo Cristo dijo:
“La buena semilla son los hijos del Reino” (Mt 13: 38).
Así que Sem es aquella semilla, tienda (edificio, etc.) que Dios preparó para Sí Mismo. Pero ¿quién es entonces Jafet? Y ¿cual es su rol en la historia divina?
Jafet
Jafet (hebr. Yafeth) es la persona más misteriosa de los tres “hermanos”
designada a
“habitar en las tiendas de Sem”. Su nombre en la Biblia se menciona
en el Génesis, en el Deuteronomio y en el primer libro de Crónicas
donde se repite la genealogía de los hijos de Noe.
Ya he dicho, que el idioma hebreo no le da una explicación satisfactoria.
Como creen, la bendición de Jafet está basada en el siguiente
juego de palabras: yap(e)t(e) elohim le y(e)pheth, donde el primer yap(e)t(e)
los intérpretes relacionan con el verbo patah que en su forma hif `il
significa dilatar, aumentar. Por eso el nombre Jafet se explica como él
que se dilata. [24]
Por tanto el fragmento de cuestión obtiene la interpretación conocida:
“¡Haga Dios dilatado a Jafet; habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán esclavo suyo!”
Esa explicación, aunque importante, no se aclara plenamente el nombre
de Jafet , porque los investigadores paran en eso y no se hacen la conclusión
que requiere.
Algunos lo relacionan con el Yapet, el titano de la mitología griega
y el padre de Prometeo; [25] otros, con Ptah, la divinidad egipcia, el creador
del mundo. Los últimos lo
-------------------------
24. “Jafet”- Luis Arnaldich. Semitas; Patriarcas
bíblicos. - Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991; Douglas, J. D., Nuevo Diccionario Biblico Certeza, (Barcelona, Buenos
Aires, La Paz, Quito: Ediciones Certeza) 2000, c1982.
25. Los mitos griegos según el libro: ??????? ???. ???? ? ??????? ???????
??????, ?.I. ????????.
hacen partiendo de la presencia de los mismos sonidos “f” y “t”
en ambos nombres, mientras que en el primer sonido “yod” (J-ph-th)
ven una indicación a Dios Yahveh, cuyo nombre en la Sagrada Escritura
a veces se escribe en la forma abreviada “Yah”. Y así Jafet
bíblico se explica como Dios Ptah. [26] Quizás, es por eso que
se cree que los
descendientes de Jafet son los paganos que poco a poco se adaptarán a
los semitas y
participarán en su herencia.
Hubo otras intenciones de encontrar el significado del nombre Jafet. [27] Pero
cada una sólo se acercaba al verdadero sentido del nombre, sin descubrirlo
enteramente ya que todas ellas se basan sólo en el parecer fónico.
Pero he notado que en el idioma armenio antiguo hay un análogo exacto
del nombre
del patriarca que suena como yavet (o havet armenio moderno) y significa eterno.
Teniendo en cuenta que los sonidos v-f se alternan, se ve que Yafet –
- yavet son la
misma palabra (ver también yavet (baluch?) que significa siempre; y javed
(persa) que asimismo significa eterno y cuya forma simple es yave). [28]
El sentido y la estructura de la palabra inevitablemente hacen recordar a Yahveh,
el nombre bíblico de Dios que, como se sabe, significa “Soy como
soy,” es decir, Ël que fue, es y será o eterno.
La igualdad sonora y semántica de estas dos palabras manifiesta que aquí
se trata de lo mismo, a saber, de Dios. El sonido “t” al final del
nombre del patriarca, lo más probable, es ora un sufijo, ora un remanente
de la raíz que se perdió en unas lenguas y se conservó
en otras. Como ejemplo de este proceso podemos proponer dos palabras que significan
“paraíso”: es la palabra rusa “ray” y la armenia
“drajt”. Ambas tienen la misma raíz ray(j). En la versión
armenia vemos, seguramente, un articulo “d” convertido en un prefijo
(comparen con el articulo inglés “the” y aleman “der”)
y “t”, un sufijo o remitente de una raíz que ha desaparecido
en el idioma ruso. El significado de este “t,” por las señas,
es un análogo extranjero de la raíz hebrea “yz” que
significa Salvador y junto con el nombre de Yahveh forma el nombre de Jesús
Salvador "Yehoshúah [29] o Joshua". Eso nos hace recordar que,
según el Evangelio apócrifo de Felipe (53), los sirios, considerando
a Jesús como Eucaristía, lo llamaban “farisatja”,
es decir, él que se dilató”. A la misma dilatación
apunta la parábola sobre la levadura que Jesús contó a
Sus discípulos: “Les dijo otra parábola: «El Reino
de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió
en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» (Mt 13: 33).
Esa es la conclusión que faltaba. Con esto también llama la atención
la identidad lingüística de los nombres Jafet (Yavet) y Hiawatha
con el t en final, tanto más que la personalidad de este último,
según la leyenda de los iroqueses que he presentado en mi libro “Ararat
enigmático”, recuerda mucho a la de Jesucristo.
Todo esto una vez más nos muestra que Jafet ( Yahve-th) es la personificación
de Yahve-Jesús, el Salvador que “se dilatará” y “se
aumentará”.
Este punto de vista completamente cambia la idea que tenemos sobre los hijos
de
Noé y sobre su significado a los ojos de Dios.
––––––––––––––––––––––––
26. ?lement Greenberg: www.groups.msn.com/Retoatodosloscristianos/fraudei.msnw?action=get_message&mview=1&ID_Message=11076-48k
27. ?.?.?????. ??????? ???????? ??????. ??????????. ???. ????, 1999. (Las enigmas
del norte ruso por V.N. Demin)
28. Hr Ajar3an1 Ha3yryn armadagan pa-aran1 Yryvani hamalsarani hradaragv;3vn1
1971 (Atcharian Hr. Diccionario etimológico de la lengua armenia –
Edición de la Universidad estatal de Yerevan (Armenia), 1971).
29. Diccionario de nombres: en la web: http://www.euroresidentes.com/significado-nombre/nombres.htm=
Conclusiones respecto a los hijos de Noé
y el significado de las palabras de Noé.
Antes de todo debemos aceptar que ahora el contenido del fragmento en cuestión
se nos
presenta en dos sentidos.
El primer sentido revela su carácter puro profético, ya que bajo
los hijos de Noe no se entienden los pueblos terrenales, sino los etapas de
la liberación y salvación del hombre. Sem es el hombre creado
por Dios, Jafet, su predestinación final. Precisamente eso quiere decir
el apóstol cuando nos comunica que “fue hecho el primer hombre,
Adán, alma viviente; el último Adán, espíritu que
da vida” (1 Cor 15, 45).
Pero entre esas dos etapas está Can – el hombre mortal.
El segundo sentido es esencial o teológico. Muestra que Sem es el alma
creada por
Dios a imagen y semejanza Suya, es decir, predestinada ser recipiente de Jafet,
el Espíritu Santo de Dios, pero usurpada por Can, el espíritu
impuro. Así revela que los tres hijos de Noé no representan, como
suele creer, tres razas carnales de la humanidad, sino se refieren al hombre
terrenal que consiste del cuerpo y dos espíritus que lo habitan luchando
en él y por él. Uno es el noble espíritu de Jafet que debe
ocupar plenamente el cuerpo humano para que el hombre se convierta en la imagen
y semejanza de Dios. Y el otro es el espíritu impuro de Can, o Canaán,
que ocupó el cuerpo humano desde la caída del hombre impidiendo
la plena unión de Sem y Jafet y por eso debe ser expulsado de ahí.
Justamente la presencia de Can es responsable por el paganismo del hombre, que
indica, según el apóstol Pablo, a los “dominados por la
pasión” (1 Tes 4: 5) a causa de no conocer a Dios que es perfecto.
Por eso es del pagano en sí mismo del que debe liberarse el hombre para
dar la posibilidad a Dios nuevamente habitar en él como en un edificio
santo o en una tienda santa que El había preparado para Sí Mismo.
Bajo este punto de vista se ve, por qué a veces Sem parece el mayor de
los hijos de Noe y a veces, Jafet. Jafet es eterno, es El que fue engendrado
por Dios antes de la creación del mundo, por eso es el mayor, aunque
Su presentación en la carne terrenal en la persona de Jesucristo es históricamente
posterior a Sem. Pero Can siempre se encuentra en medio de estos, ya que es
aquel, quien separa al hombre de Dios. Es por eso que fue llamado menor, es
decir, no primogénito como no es primogénito el cuerpo adquirido
por el hombre después de su caída.
Ahora desde ese punto de vista observemos el siguiente fragmento del Libro de
los jubileos, que se refiere a las tierras predestinadas por Dios a cada uno
de los hijos de Noé:
“...la tierra que salió en suerte a Jafet y sus hijos como heredad perpetua para él y sus hijos por sus generaciones hasta siempre: cinco grandes islas y gran tierra en el norte, aunque fría, mientras que la tierra de Cam es tórrida. La de Sem, por el contrario, no es ni tórrida ni gélida, sino templada en el calor y el frío.” (Libro de los jubileos 8, 29-30)
Aquí vemos una vertical: Cam (sur tórrido - averno); Sem (medio
– la tierra de los hijos de Dios); y Jafet (norte frío –
los cielos).
Lo que el norte en la Biblia a menudo significa la morada de Dios, se ve, por
ejemplo, de los siguientes pasajes:
“... una claridad llega del norte: gloria terrible alrededor de Dios”
(Job 37, 22)
“El extiende el Septentrión sobre el vacío, sobre la nada
suspende la tierra.” (Job 26,7);
“... su monte santo, de gallarda esbeltez, es la alegría de toda
la tierra; el monte Sión, confín del Norte, la ciudad del gran
Rey” (Salmos 48, 2-3).
También Satanás pretendiendo ser dios decía en su corazón:
“«Al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión, en el extremo norte. Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo” (Is 14, 13-14).
A la dicha vertical –Cam-Sem-Jafet (de abajo hacia arriba) – la
podemos comparar también con el Árbol de la Vida que con sus raíces
va al mundo subterráneo, mientras que sus cumbres están en el
cielo.
Sin embargo, el orden natural está roto, porque Cam/n se puso entre Sem
y Jafet, es decir, sometió a Sem, lo cubrió y así alejó
a Jafet de su vista.
En los “Oraculos Sibilinos” [30] encontramos una confirmación
de la idea que Jafet y Sem personificaban el cielo y la tierra. Aquí
Sem, Can y Jafet se presentan bajo los nombres Crono, Titán y Japeto,
aunque con los mitos griegos poco tienen en común. Y es porque, según
la Sibila, Homero, aprovechándose de las profecías de ella, alteró
su contenido y las presentó en forma tergiversada. [31]
En la versión de Sibila (a la que nos adherimos), Crono, Titán
y Japeto son hijos de Noé que se salvó junto con su familia del
diluvio universal. Cito su relato casi en su integridad:
“Y se hicieron con el poder Crono, Titán y Japeto, hijos excelentes
de tierra y cielo (a los que los hombres habían llamado tierra y cielo,
al ponerles nombre, porque ellos fueron los más destacados de los seres
humanos). A suertes habían echado para cada uno la tercera parte de la
tierra, y cada uno estuvo reinando en su porción y no combatían
entre sí, pues juramento habían dado a su padre y el reparto era
justo. Entonces llegó el tiempo del final de la vejez del padre y, naturalmente,
murió; y los hijos, cometiendo terrible trasgresión de sus juramentos,
se lanzaron a una mutua discordia, por ver quién habría de mandar
sobre todos los mortales con real honra; y combatieron Crono y Titán
entre sí; mas Rea, Gea, Afrodita, que ama las coronas, Deméter,
Hestia, de hermosas trenzas, y Dione los condujeron de nuevo a la amistad, tras
reunir a todos los reyes y hermanos, consanguíneos y otros hombres, que
procedían de su misma sangre y de
sus mismos padres. Y decidieron que, como rey, Crono sobre todos reinará,
ya que era el mayor y más agraciado en su apariencia. A su vez Titán
impuso a Crono grandes juramentos: que no habrá de criar descendencia
alguna de hijos varones, para así reinar él cuando la vejez y
la Moira a Crono alcanzarán.
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30. “Oráculos sibilinos” (versión castellana).
Los se puede encontrar en el libro de A.Díez Macho (Ediciones Cristiandad).
Apócrifos del Antiguo Testamento vol. III . Es probable que esa Sibila
sea la misma a la que Moises de Jorén mencionó entre las fuentes
de su obra histórica (ver la nota n.1).
31. Cito las palabras de Sibila referidas a Homero:
“Habrá en el futuro un escritor de mentiras, anciano mortal de
falsa patria; en sus ojos la luz habrá desaparecido; tendrá gran
inteligencia y su palabra en verso acorde con sus pensamientos, con una mezcla
de dos nombres. Quieta se denominará a sí mismo y escribirá
lo que sucedió en Ilio, no con verdad, sino con claridad, pues se apoderará
de mis palabras y mis versos; el será el primero que con sus manos, despliegue
mis papiros. Dará gran honra a los héroes de la guerra, cubiertos
con casco, a Héctor Príamida, Aquiles Pélida y a los demás
que realizaron las guerreras hazañas. Hará también que
como dioses los asistan, (pues escribirá toda clase de mentiras), hombres
de cabeza hueca. Y morir por Troya, por encima de todo, les traerá amplia
gloria; pero también enumerará en compensación sus hazañas.
(p. 302; Libro III)
Y en otro lugar:
...pues el contenido de sus escritos estará lleno de vigor y reflexión,
y con habilidad, unas veces de una forma, otras de otra, compondrá indecibles
poemas, con dominio de mis palabras, cantos y versos; pues él será
el primero que despliegue mil libros y luego los ocultará y ya no los
mostrará a los hombres hasta que le llegue el límite de la dañina
muerte, el final de la vida. (p. 365; Libro XI)
Cada vez que Rea paría, junto a ella se sentaban los Titanes y despadazaban
a tjdjs los hijos varones, mientras que permitían que las hembras se
criarán vivas con su madre. Mas cuando por tercera vez parió la
soberana Rea, de su vientre salió primero Hera y, al ver con sus ojos
que era descendencia femenina, se marcharon con los suyos aquellos agrestes
hombres, los Titanes. Y a continuación Rea parió un hijo varón,
al que en seguida, ocultamente y por su cuenta, a Frigia envió para ser
criado, tras escoger bajo juramento a tres varones cretenses; por eso Dia (Zeus)
pusieronle por nombre, porque por mediación de otros fue enviado. Y del
mismo modo envió a Posidón ocultamente. En tercer lugar, a su
vez, a Plutón ...... Mas cuando se enteraron los Titanes de la existencia
oculta de estos hijos, siembra de Crono y Rea, su
esposa, a sus sesenta hijos reunió Titán, hizo prisioneros a Crono
y Rea, su esposa, ocultóles dentro de la tierra y en un recinto manteníalos
custodiados. Y entonces fue cuando los hijos del poderoso Crono le escucharon
y por él promovieron gran guerra y refriega:éste fue el comienzo
de la guerra para todos los mortales, pues ése fue el primer inicio de
guerra para los mortales.
Y entonces a los Titanes concedió Dios un mal don: toda la descendencia
de los Titanes y de Crono se extinguió. Después, con el transcurso
del tiempo, hizo surgir el reino de Egipto, luego el de los persas, medios,
etíopes y el de Babilonia de Asiria, luego el de los macedonios, de nuevo
el de Egipto, por fin el de Roma.” (Oráculos sibilinos, p. 291-293
– Libro III).
Como vemos, los héroes de los mitos griegos en la versión de
Sibila aparecen en un contexto distinto que podríamos llamar un contexto
bíblico.
Notemos que en el relato de la Sibila los hijos de Noé se denominan como
la tierra y el cielo. Y son sólo dos nominaciones, dados a los tres.
¿Por qué?
Evidentemente, porque uno de estos fue intruso que de haber ocupado el lugar
ajeno, impidió la unión de aquellos dos que personifican la tierra
y el cielo. No obstante, después, cuando se habla de la división
de la tierra, nuevamente se mencionan los tres hijos, porque cada uno, según
el orden de Dios tiene su parte en la tierra. Mas en la narración sobre
la guerra entre los hijos de Noé, surgida después de la muerte
de él, Sibila vuelve mencionar sólo a Crono y Titán, es
decir, a Sem y a Can. Puede surgir una pregunta: ¿Y Japeto? Pero Sibila
no lo menciona más, porque Can lo tapó de la vista de Sem. Es
que la guerra fue entre dos espíritus - el de Titán/Can y el de
Jafet - por apoderarse de Crono/Sem al que Jafet había edificado para
si mismo. Pero Crono/Sem hizo un acuerdo con Titán/Can y Jafet se quedo
afuera. En resultas, aunque Crono/Sem siendo el mayor fue aceptado como el rey,
se vio obligado a ceder ante algunas exigencias de Can, a saber, ante la exterminación
de sus hijos varones que nacieran.
Ese relato tiene raíces teológicas muy profundas. El acuerdo de
Crono/Sem con Titán/Can simboliza lazos “matrimoniales” entre
la “morada” del Señor y el espíritu maligno. Y ya
que los espíritus en la Sagrada Escritura se personifican por las mujeres,
- en este caso por las mujeres malvados,- a estas, al nacer, las dejaban vivas,
mientras que a los varones que representan la imagen de Dios los mataban. Así
fue como Titán/ Can logró apoderarse de Crono/Sem y convertirse
en uno con el. Ocurrió lo que el apóstol expresa de esta manera:
“¿O no sabéis que quien se une a la prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues está dicho: Los dos se harán una sola carne. Mas el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él.” (1 Cor 6, 16-17).
Por esa razón se dice que el Señor exterminará la descendencia tanto de Titán/Can como la de Crono/Sem que se unió con él. A esa misma simbólica la vemos también en la Biblia, a saber: en la degollación de los inocentes realizada por el orden de Herodes con relación al nacimiento de Jesucristo, y, mucho antes, en la aniquilación permanente en Egipto de los varones recién nacidos del pueblo hebreo por el orden del faraón que se prolongó hasta el éxodo de los mismos del Egipto en los tiempos de Moisés:
“El rey de Egipto dio también orden a las parteras de las hebreas,
una de las cuales se llamaba Sifrá, y la otra Puá, diciéndoles:
«Cuando asistáis a las hebreas, observad bien las dos piedras:
si es niño, hacedle morir; si es niña dejadla con vida.»
Pero las parteras temían a Dios, y no hicieron lo que les había
mandado el rey de Egipto, sino que dejaban con vida a los niños. Llamó
el rey de Egipto a las parteras y les dijo: «¿ Por qué habéis
hecho esto y dejáis con vida a los niños?» Respondieron
las parteras a Faraón: «Es que las hebreas no son como las egipcias.
Son más robustas, y antes que llegue la partera, ya han dado a luz.»
Y Dios favoreció a las parteras. El pueblo se multiplicó y se
hizo muy poderoso. Y por haber temido las parteras a Dios, les concedió
numerosa prole. Entonces Faraón dio a todo su pueblo esta orden: «Todo
niño que nazca lo echaréis al Río; pero a las niñas
las dejaréis con vida.» (Ex 1: 15-22)
Todos estos episodios, junto con el hecho que Titán hizo prisionero
a Crono y lo ocultó bajo la tierra, significan que la gloria de Dios
en hombre es prisionera de la “casa de arcilla”, o de la”
tienda terrestre”, o de la “ciudad maldita”, con las que la
lengua bíblica define el mal.
En el fragmento siguiente, hablando de Roma en el estilo de las profecías
del Antiguo Testamento, Sibila se refiere justamente a la gloria de Dios, o
a Sem que fue predestinado para ser morada de Dios, pero se perdió por
esa alianza con Can:
“¡Cállate, deplorable, maldita ciudad, entregada a la orgía! Nunca más en tu nombre las jóvenes doncellas prenderán el fuego divino en la madera que gusta alimentarlo. Está apagada en ti la morada antaño añorada, cuando por segunda vez acabo de ver la ruina de tu morada abatida y su consunción en el fuego, provocada por mano impura; tu morada, siempre floreciente, templo visitante de Dios, de los santos nacido y que siempre es imperecedero, esperado de alma y cuerpo...” (p.334, Libro V)
Es decir, lo que estaba predestinado para Dios y para la alegría del
hombre, se resultó maldito y perdido. En otros términos, el orden
natural se alteró.
Sin embargo esta alteración tendrá su fin. Primero será
aniquilado Can, es decir, será echado al infierno, donde debe estar.
Como dice Sibila,
“Primero Dios enviará su castigo a los Titanes, pues pagarán su pena a los hijos del fuerte Crono, porque en prisión encerraron a Crono y a la ilustre madre de aquellos.” (p. 294, Libro III)
Después Sem liberado se unirá con Jafet y van a dominar a Can,
es decir, a toda carne. Eso significa que la alianza entre el cielo y la tierra
será restaurada, y la tierra se asemejará al paraíso.
Ahora si nuevamente volvamos al fragmento en cuestión, veremos que Noe,
en realidad, no bendijo ni maldijo a ninguno de sus hijos. El solamente bendijo
a Dios y maldijo al espíritu del libertinaje. Dijo: «¡Maldito
sea Canaán! ¡Siervo de siervos sea para sus hermanos!» Es
decir, no maldijo a Can, sino el libertinaje que originó. De otras palabras,
maldijo las pasiones de la carne que deben ser sometidas al espíritu
humano, o la misma carne adquirida después de la caída del hombre.
Tampoco Noe bendijo a Sem, sino bendijo a Dios de Sem:
Y dijo: “¡Bendito sea Yahveh, el Dios de Sem, y sea Canaán
esclavo suyo!”
Está claro que aquí bajo el nombre de Sem se entiende el recipiente
de Dios, el edificio que El había y que construyo para Sí Mismo,
en otros términos, el cuerpo primordial del hombre que él tenía
en el paraíso, la obra de Dios. A su vez subrayando que Canaan será
esclavo de Sem, Noe profetiza que el Hombre someterá a toda la naturaleza
que le va a servir en concordancia con el plan de Dios.
Asimismo bendiciendo a Jafet, Noe, de hecho, la segunda vez bendice al Mismo
Dios- Yahveh, pero ahora en la persona de Jesucristo, porque sus palabras predicen
la victoria del Salvador, Cuyo Espíritu en su tiempo sin obstáculos
habitara en el depurado cuerpo humano, es decir, llenará a Sem que es
la Casa de Dios. Es así como se debe entender las siguientes palabras
de Noe referidas a Jafet:
“¡Haga Dios dilatado a Jafet; habite en las tiendas de Sem, y sea
Canaán esclavo suyo!”,ya que es Jesucristo quien destaca, purifica
y salva a sus hijos caídos, liberándolos de la esclavitud babilónica
- es decir, de la confusión ideológica - y del poder egipcio (o
cananeo) que es el poder de la corrupción material y carnal que los afecta
por dentro y por afuera.
Sobre el estado caído de los hijos de Dios el profeta relata de una manera
muy pintoresca:
“Me comió, me arrebañó el rey de Babilonia, me dejó como cacharro vacío, me tragó como un dragón, llenó su vientre con mis buenos trozos, me expulsó.” (Jer 51: 34)
“Las tiendas” de Sem, como el cuerpo purificado del hombre en
la Biblia se contraponen a las “tiendas de impiedad” (Salm 84: 11)
que simbolizan a aquellos que albergan en sí el espíritu impuro
del Maligno. Son las tiendas de Can y Canaán, es decir, el cuerpo exterior.
La profecía sobre Sem, de hecho, es idéntica a la promesa de Dios
a Abraham, cuando el Señor le dijo: “se adueñará
tu descendencia de la puerta de sus enemigos.” (Gen 22: 17), es decir,
adueñará (o habitará) la fe (o el Espíritu Santo)
de las tiendas (o del cuerpo, o de la ciudad, o del edificio), liberadas del
pecado, porque Can los ocupó ilegalmente, porque estas “tiendas”
Dios creó para Sí Mismo.
Entonces, Sem personifica al hombre creado por Dios, Can, los vicios adquiridos
a causa de la caída, y Jafet, a Yahveh encarnado en Sem a través
de Jesucristo que debe destacar el resto de Sus hijos y salvarlos. Así,
como cuenta El mismo en una de Sus parábolas:
“También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos” (Mt 13, 47-49)
De este modo el hombre será purificado.
En el libro apócrifo “Testamento de los doce patriarcas”
en el de Simeón hay una confirmación más de lo que cuando
haya perdido Can, entonces la tierra se liberará de todo mal e injusticia,
Sem se cubrirá de gloria y el bien dominará en los hombres:
“... si erradicáis de vosotros la envidia y la dureza de corazón,” dice Simeón, “florecerán como una rosa mis huesos en Israel, y mi carne como un lirio en Jacob; mi aroma será como el del Líbano; y los santos que de mí salgan se multiplicarán para siempre como cedros, y sus ramas se extenderán a gran distancia. Entonces perecerá el linaje de Canaán, y a Amalec no le quedará ningún resto; perecerán todos los capadocios, y todos los heteos serán aniquilados. Desfallecerá la tierra de Cam, y todo ese pueblo perecerá. Entonces descansará la tierra de turbación, y de guerra todo lo que hay bajo el cielo. Entonces Sem será cubierto de gloria, porque el Señor Dios, el grande de Israel, aparecerá sobre la tierra [como un hombre] salvando por sí mismo a Adán. Todos los espíritus del error serán pisoteados, y los seres humanos reinarán sobre los malos espíritus” (Testamento de los doce patriarcas. Simeón, 6, 2-6)
Todo eso una vez más confirma que Cam, Sem y Jafet simbolizan también épocas, igual que Esaú y Jacob, de los cuales Dios dijo: “Amé a Jacob y odié a Esaú” (Rom 9, 13), y el profeta explicó:
“Desde Abrahán hasta Isaac, cuando nacieron de él Esaú y Jacob, la mano de Jacob retenía al nacer el calcañar de Esaú; pues el fin de este siglo es Esaú y el comienzo del siguiente es Jacob. La mano del hombre entre el calcañar y la mano.” (3 Esdras 6, 8-10).
Consecuentemente, si Cam-Esaú representan la época nuestra,
a Sem-Jacob le pertenece el Reino milenario de Dios. En otros términos,
son ángeles de los “siglos”.
Se puede decir también que el fragmento de consideración predice
el Antiguo (Sem) y el Nuevo (Jafet) Testamentos, es decir, el de Moisés,
referido al santuario terrenal, y el de ?risto, referido a la promesa, sobre
los cuales el apóstol Pablo dice en el capítulo 9 de su Carta
a los hebreos:
« la primera Alianza tenía sus ritos litúrgicos y su santuario terreno». Y la “nueva Alianza; para que, interviniendo su muerte para remisión de las transgresiones de la primera Alianza, los que han sido llamados reciban la herencia eterna prometida.” (1 y 15).
En segundo lugar, los hijos de Noé simbolizan la esencia misteriosa
del ser humano, pues en la profecía de Noe se vislumbra la unión
venidera y definitiva del hombre con Dios, cuando después de ser liberado
del espíritu impuro, él haya aceptado al Espíritu Santo
que lo llenará hasta convertirlo en el “espíritu que da
vida” (1 Cor 15, 45). Entonces «Dios será todo en todo»
(1 Cor 15,28). Es el siglo de Jafet.
Por lo dicho se ve que considerar a los jafetanos, que llevan el nombre de Dios,
como paganos es completamente injusto. Son los camitas – cananeos los
que en la Biblia figuran como paganos. En realidad, los jafetanos y los camitas
representan, como ya fue dicho, dos espíritus contrarios que habitan
en Sem. Los que prefieren la verdad a la mentira, la castidad al libertinaje,
son jafetanos. Pero aquellos que dan preferencia a la mentira y al libertinaje,
son los hijos de Can o paganos. Así que podemos decir que el verdadero
cristiano es jafetano, a saber, es un verdadero hijo de Dios que presta a su
Sem al Espíritu Santo y por eso algún día, vencerá
completamente a su Can y será como Jesucristo.
Entonces tampoco es correcto decir que los jafetanos serán hijos adoptivos
de Dios, porque éstos serán todos aquellos que hayan vencido en
sí mismo a Can.
Es igualmente absurdo llamar la tierra prometida por el nombre de Canaán,
que fue maldito, incluso definirla como Canaán celestial. Eso fue, lo
que quería Satanás- convertirse en Dios. En cuanto a la promesa
de Dios de dar a Su pueblo la tierra de Canaán, esa se refiere tanto
a toda la tierra liberada de los cananeos como al cuerpo del hombre liberado
de Can, o del pecado. Abraham fue mandado a la “tierra” usurpada
por Can para iniciar el largo proceso de su liberación y purificación.
Y es tanto más que en este “siglo” aún no existe ni
un cuerpo perfectamente puro, ni la tierra prometida. El Pueblo de Dios no entró
en ella por sus pecados y sigue errando hasta hoy por el desierto cargado de
sus males (o de su Can, del que no quiere desprenderse). La Biblia dice que
Dios enojado por eso, juró que no lo hará entrar a la tierra prometida
antes de purificarlo:
“Y, una vez más alcé mi mano hacia ellos,” dice El por la boca del profeta, “en el desierto, jurando que no les dejaría entrar en la tierra que les había dado, que mana leche y miel, la más hermosa de todas las tierras. Pues habían despreciado mis normas, no se habían conducido según mis preceptos y habían profanado mis sábados; porque su corazón se iba tras sus basuras. Pero tuve una mirada de piedad para no exterminarlos, y no acabé con ellos en el desierto.” (Ezeq 20, 15-17)
Porque decidió:
“separaré de vosotros a los rebeldes, a los que se han rebelado contra mí: les haré salir del país en que residen, pero no entrarán en la tierra de Israel, y sabréis que yo soy Yahveh”. .(Ezeq 20, 38)
El contenido de esa profecía es idéntico al de la parábola
de Cristo citada arriba (Mt 13, 47-49).
Significa que Dios exprimirá de su criatura el espíritu ajeno,
es decir, lo alejará de su cuerpo y no dejará que este espíritu
entre a la tierra prometida. Aquí se habla de la anulación total
del espíritu impuro que rebeló contra Dios en el hombre. Sólo
después de esto el hombre se convertiría en el verdadero hijo
de Dios y sería trasladado a la tierra prometida que no es la parte oriental
de la Asia Anterior, sino toda la tierra, porque los portadores del pecado de
Canaán viven en todas partes y los Hijos de Dios nacen de toda carne
y viven “mezclados” con los portadores de Can-Canaán.
Ahora desde el punto de vista plantado veremos, quién es el padre de
Sem Can y Jafet, es decir, Noé.
Noé (en hebr. Noah)
La persona de Noé como el padre de Sem, Can y Jafet , en el indicado
relato bíblico, naturalmente, corresponde al Padre Celestial, es decir,
a Aquel Espíritu Quién une en sí Mismo a todos sus hijos,
pero se revela sólo por la unión de Sem y Jafet. Ahora desde esa
unión que representa a la vez al hombre perfecto y a Dios, consideremos
el significado del nombre Noe.
Su etimología tampoco es aclarada. Sin embargo muchos investigadores
la relacionan ora con la raíz nwh, que significa “descansar,”
ora con el verbo mnh, es decir, “calmar”, “apaciguar”
que figura en el texto, porque cuando Noe nació de Lamej, éste
“le puso por nombre Noé, diciendo "«Este nos consolará
de nuestros afanes y de la fatiga de nuestras manos, por causa del suelo que
maldijo Yahveh.»” (Gen 5: 29)
Así, según la Génesis, Noé fue llamado a consolar
a los hombres en su estado desastroso en la tierra maldita. Mas si recordemos
también que antes de regresar a la Casa de Su Padre Jesucristo prometió
a sus discípulos enviarles un “Consolador “en la persona
del Espíritu Santo ( “el Paráclito, el Espíritu Santo,
que el Padre enviará en mi nombre” (Jn 14: 26)) y asimismo Su testimonio
que “Dios es espíritu” (Jn 4: 24), entonces descubriremos
que en la persona de Noé entra a la creación el Espíritu
Santo que, parece, no participó en la del mundo ante diluvial, pues,
como dice el apóstol, “ hace tiempo existieron unos cielos y también
una tierra surgida del agua y establecida entre las aguas por la Palabra de
Dios, y que, por esto, el mundo de entonces pereció inundado por las
aguas del diluvio, y (...) los cielos y la tierra presentes, por esa misma Palabra,
están reservados para el fuego y guardados hasta el día del Juicio
y de la destrucción de los impíos” (II Pedro 3, 5-7).
Desde este punto de vista parece interesante el relato sobre el insólito
nacimiento de Noé que encontramos en el libro apócrifo de Enoc,
donde se dice:
“Al cabo de unos días, tomó mi hijo Matusalén, para
su hijo Lamec, una mujer, que se preñó de él y tuvo un
hijo. La carne de éste era blanca como escarcha y roja como las rosas;
sus cabellos, blancos como lana, y sus ojos, hermosos. Cuando abrió los
ojos, iluminó toda la casa como el sol, y toda ella brilló mucho.
Y cuando fue tomado de mano de la comadrona abrió la boca, y habló
con el Señor justo. Se asustó de él Lamec, su padre, huyó
y se llegó a su padre Matusalén Le dijo:
? He tenido un hijo extraño, que no es como los hombres, sino que se
parece a los hijos de los ángeles del cielo, pues su naturaleza es otra,
no como la nuestra: sus ojos son como rayos de sol, y su rostro, luminoso. Me
parece que no es mío, sino de los ángeles, y temo que tenga lugar
algún portento en sus días sobre la tierra…. Aquí
estoy, padre, para rogarte y pedirte que vayas a Henoc, nuestro padre, y oigas
de él la verdad, ya que él habita con los ángeles.
Cuando Matusalén oyó las palabras de su hijo, vino a mí,
a los confines de la tierra, pues oyó que yo estaba allí, y gritó.
Oí su voz, fui a él y le dije:
? Aquí estoy, hijo mío, ¿por qué has venido a mí?
Y me respondió así:
? Por grave cuita he venido a ti, y a causa de una visión atormentadora
me he acercado Padre mío, óyeme ahora, pues a Lamec, mi hijo,
le ha nacido un niño que no es semejante a él, ni su naturaleza
como la humana, pues su color es más blanco que escarcha y más
rojo que las rosas; su cabello, más blanco que la lana, y sus ojos, como
rayos de sol; y, al abrirlos, iluminó toda la casa. Cuando fue tomado
de la partera, abrió la boca y bendijo al Señor del cielo. Su
padre Lamec se asustó y huyó a mí, pues no cree que sea
de él, sino imagen de los ángeles del cielo. Y he aquí
que he venido a ti, para que me digas la verdad.
Le respondí yo, Henoc, con estas palabras:
? El Señor producirá cosas nuevas en la tierra…… Gran
ruina vendrá sobre toda la tierra, habrá un diluvio y gran ruina
en un año.Y ocurrirá que este hijo que os ha nacido quedará
sobre la tierra, y se salvarán sus tres hijos con él: cuando mueran
todos los hombres que hay sobre la tierra, se salvarán él y sus
hijos. Engendrarán (los ángeles) sobre la tierra gigantes, no
de espíritus, sino de carne; habrá gran castigo sobre la tierra,
y ésta será lavada de toda corrupción. Y ahora haz saber
a tu hijo Lamec que el nacido es realmente su hijo y ponle por nombre Noé,
pues os servirá de resto (reposo?). Él y sus hijos se salvarán
de la destrucción que vendrá sobre la tierra por todos los pecados
y toda la iniquidad que en sus días tendrá lugar sobre ella”.
(Primera de Enoc, 106)
Aquí, antes de todo llama la atención el hecho que la “naturaleza” de Noe no fue como la de sus padres, sino” otra”, lo que de tal modo “asustó” a Lamec que creó que no es su hijo, sino de los ángeles celestiales. Además todo su aspecto luminoso y el hablar al “Señor justo” apenas nació inevitablemente hacen pensar que Noe fue mucho más que un hombre. Lo que ahí, de verdad, se habla del Espíritu Santo, una vez más demuestra el “Libro de la Sabiduría” donde Noé se define como “la esperanza del mundo”:
“También al principio”, se dice de el, “mientras los soberbios gigantes perecían, se refugió en una barquichuela la esperanza del mundo, y, guiada por tu mano, dejó al mundo semilla de una nueva generación” (Sab 14: 6).
Bajo “la semilla” – particularmente, referida a la de la verdad – la Sagrada Escritura siempre supone al Espíritu Santo. Así que tanto “la esperanza” como “la semilla” se refieren a El Mismo. De esto se tratan también las siguientes palabras de Dios del “Libro de los secretos de Enoc”:
“Entonces preservaré yo a Noé, hijo primogénito de tu hijo Lamec, y haré surgir de su simiente otro mundo, y su simiente durará por los siglos hasta la segunda catástrofe, cuando los hombres vuelvan a pecar de la misma manera ante mi faz” (L.de los s. de Enoc 22: 18-19).
Dicho de otro modo, aquí se refiere a la “simiente” de
la vida, a aquel hilo de salvación que “durará por los siglos
hasta la segunda catástrofe” y que nuevamente - y ya definitivamente
- se establecerá dentro del alma humana, cuando la carne mortal se haya
quitada de ella.
Si ahora consideremos las filas etimológicas del nombre de Noé,
veremos que todo lo dicho se quedó reflejado en las mismas, ya que su
nombre, como la piedrita coloreada por el caleidoscopio, dejó diversas
huellas semánticas en distintos idiomas, que parecen trozos de la misma
piedra de verdad rota y perdida.
Veremos, por ejemplo, A-Nun-Na sumerio que significa “espíritu
celestial o espíritu del cielo” (a diferencia de Nefs que es simple
un “espíritu”) y que no es casual que tenga también
otro significado, a saber: “piedra noble”, porque el Espíritu
Santo es el verdadero firmamento, la verdadera piedra que sostiene la Creación.
Mas si disgregamos esa palabra, ante nosotros se abrirá el siguiente
cuadro: a – articulo definitivo; n – “Primero”, “noble”;
un – “personas” y Na – “hombre noble”, “Príncipe”,
“plomada”, “caja”, “arca”, “incienso”,
etc. Si juntemos los significados obtendremos algo como “espíritu
fragante y recto en el arca”, o teológicamente dicho “espíritu
en la Palabra (o en el Verbo) la (lo) que es lo mismo que el nombre. De ahí
tenemos “anun” armenio que significa “nombre”. “Nombre”,
es decir; la Palabra (o el Verbo) es el “arca” en el que se guarda
la “semilla” de la vida.
Por eso no es casual que en distintos idiomas la raíz nwh signifique
también “arca” o “nave”. Particularmente, en
el hitita antiguo y sánscrito - nau, nauka [la última –
nauka - que designa el” nave pequeño”, en las lenguas eslavas
se conservó con el sentido de “ciencia””saber”],
nabhas – “nubes del cielo” [comparen: “verán
al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo”(Mt 24: 30)]; en el
persa, armenio y curdo - nav; en el latino - navis; en el griego - ?a??; en
el italiano y español - nave; en el germánico - Nave; en el polaco
- nawa; en el croata- nava, etc. De ahí viene también la palabra
internacional “navegación”.
A la misma fila yo añadiría también nafs árabe que
significa “alma”, porque el alma es el mismo “nave”
o “arca” que fue hecha como la morada del espíritu.Y porque
ese espíritu es el Santo con Quien en la Creación entró
el concepto “nuevo” – según fue dicho por Enoc: “El
Señor producirá cosas nuevas en la tierra” -, el nombre
de Noe refleja asimismo un elemento de novedad. Como ahora veremos, las palabras
que en distintos idiomas llevan el sentido de novedad, también proceden
de la misma raíz nwh. Son los siguientes: indoeuropeo - nevo –
nevyo, sanscrito - nava-navya, hindu - nuo, jitano - nevo, zend - nava, beloche
- nok, navak, ?rmenio - nor, iránico - no, nav, curdo- nun, afgano- nau,
nawai, griego - neos, latin - novus, francés - neuf, neuve, español
- nuevo, italiano - nu?vo, aleman- neu, ingles - new, antiguo eslavo - novu,
ruso - noviy etc., etc... [32] Todos ellos significan “nuevo” y
eso perfectamente coincide con el sentido del diluvio que concluyó el
mundo primordial y puso en marcha un mundo
nuevo, bautizado en las aguas.
-----------------------------
32. Ver n.28.
Ya que las ideas de Dios se manifiestan a través de las imágenes
humanas, a Noé podríamos llamar el fundador del nuevo mundo expiatorio
y el significado de su Nombre definir como “arca de salvación”
o “arca de esperanza y consolación”, o “la simiente
eterna de la justicia”.
Por eso, cuando el apóstol Pablo dice en su epístola a los hebreos:
“Por la fe, Noé, advertido por Dios de lo que aún no se
veía, con religioso temor construyó un arca para salvar a su familia;
por la fe, condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia
según la fe” (Hebr 11:7), bajo el “arca” hay que entender
“Palabra/Verbo”,
pues, se refugió Noé en la Palabra de Dios y se salvó de
la catástrofe.
Por consiguiente, a la luz de lo dicho Noé en el sentido espiritual representa
a Dios Mismo y Su plan de la salvación (o creación) de la humanidad
que se realizará a través de la ley (Sem), de la separación
de los pecadores irremediables (Can-Canaan) y de la redención y salvación
del resto de los seres humanos (Jafet). En cuanto a Can es el que se quedará
fuera de la Vida eterna que Dios construye.
Todo lo dicho hace pensar que la división antropológica y lingüística
de los pueblos por los nombres de los hijos de Noe, a saber, como semitas, camitas
y jafetanos es incorrecta y procede de la interpretación errónea
del fragmento considerado, porque tal definición no se confirma, ni se
justifica ni antropológicamente, ni lingüísticamente. En
la base de la semejante interpretación yace el autentico racismo camítico
que gobierna en la tierra y que separa y distingue a las personas por la carne
que tienen y no por el espíritu que llevan en sí mismos.
Pero alguien puede preguntar: ¿cómo, entonces, interpretar la
existencia de las genealogías tanto en el texto bíblico como en
los apócrifos? Justamente de eso hablaré en la parte siguiente
de esta investigación.
Fuentes principales
(Nota: Las fuentes en ruso y armenio y también las palabras en griego se puede recuperar en el texto completo del libro dado en PDF)
Biblias y apócrifos
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Fuentes
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